lunes, 18 de enero de 2016

CASCADA DE LA FUENTONA


16 DE NERO DE 2015
Tenía cierta añoranza por caminar con nuestro grupo ya que no lo había hecho desde el 25 de octubre de 2015, en la que fue la marcha Contra el Cáncer.
Lo he vuelto hacer con enorme alegría y la satisfacción de caminar con nuevos compañeros que se habían ido incorporando al mismo desde mi ausencia. Los había conocido en la cena que celebramos con motivo de la cena que compartimos en Navidad, pero ahora compartía ese andar que nos ha ido uniendo a lo largo de este corto pero intenso primer año de nuestro existencia. Ángel y su esposa Ana, Enedina y Gema.
Esta oportunidad se ha dado en la ruta que hemos hecho para ver la Fuentona y su cascada anexa en una ruta que ya habíamos hecho anteriormente, pero que tenía el aliciente de ver el agua descender por su discurso natural como consecuencia de las lluvias recibidas en días anteriores.
Nos desplazamos 13 personas de las 16 que en un principio teníamos previsto asistir: Maribel, Ana de la Hoz, Feli, Emi, Gema, Julia y su hijo Miguel, Enedina y su primo Carmelo, Angel y su esposa Ana, Angelo y yo mismo.
Partimos en 3 coches en una mañana auténticamente fría y con nieve en polvo en la ciudad, aunque con la carretera limpia. En el desvío hacia Muriel, nos encontramos con nieve en la carretera por lo que tuvimos que hacer ese trayecto con precaución.
Dejamos los coches en Muriel de la Fuente e iniciamos la ruta recordando nuestra visita anterior.
Nuestro primer encuentro con el paraje es la ermita del Valle en un pequeño alto al inicio de nuestro recorrido que guarda la entrada al paraje de la Fuentona, donde nace el río Abión.





¡Quién dijo frío! Íbamos bien pertrechados para superar con facilidad las bajas temperaturas que los diferentes medios y los termómetros anunciaban.
El cauce del río dejaba a  nuestro paso imágenes preciosas de colores y formas, reflejos que pedían ser guardados en nuestras cámaras, al mismo tiempo que guardábamos el recuerdo en nuestras memorias.




No nos detuvimos en la laguna y nos dirigimos directamente a la cascada que como barruntábamos por el cauce del río no caía con la abundancia de agua que pensábamos encontrar.
Exploramos las vistas desde ambos lados de la misma y recogimos el momento de nuestra visita
 

Regresamos sobre nuestros pasos para visitar el nacimiento del río, lo que propiamente llamamos la Fuentona.
 
Tras las fotografías de rigor, decidimos alargar la ruta para ascender hasta el vértice geodésico del Umbriazo con unas vistas magníficas y acercarnos hasta la atalaya desde la que se ve Calatañazor.
 
Regresamos sobre nuestros pasos para volver a Soria, terminando nuestra ruta, tomando la acostumbrada cervecita en el bar El Lago.
 
Una mañana en compañía estupenda que fortalece las relaciones de amistad entre los miembros de nuestro grupo.
Luis