lunes, 19 de octubre de 2015

CEBOLLERA


  Sábado 17 de Octubre de 2015

Esta vez nos ha tocado madrugar, a las 8 de la mañana ya estábamos preparados para salir hacia Sotillo del Rincón, desde donde hemos cogido una pista que ahora está en muy buenas condiciones, bien arreglada.  Hemos dejado los coches un poco antes del Portillo para ir entrando en calor y no encontrarnos el repecho de sotepon.  Nuestros guías eran Feli y su marido Santos, una pareja encantadora, simpáticos y agradables.


 





 
 Maribel, Feli, Santos, Luis, Juanjo, Carlos, Agnelo, Miguel y yo hemos iniciado la ruta por un camino precioso rodeados de hayas, pinos, y demás vegetación, la subida dura pero el paisaje de ensueño.





 Después del esfuerzo al fin llegamos a la Laguna de Cebollera, que preciosidad, hacía muchos años que no subía y la recordaba más pequeña, unas fotos para el recuerdo y seguimos subiendo hacia el punto más alto de la Sierra Cebollera.




Pero ante nuestra sorpresa la niebla se acerca muy rápidamente y no nos queda más remedio que volvernos.
   




Es ahora, en la bajada, cuando no necesitamos hacer tanto esfuerzo físico cuando empieza una conversación distendida, con Miguel como protagonista, que majo, tan inocente, nos echamos unas buenas risas.
 



 Al poco encontramos un lugar resguardado y con piedras para podernos sentar.  Parada técnica, que le dicen, para degustar nuestros bocadillos y la muy esperada y deliciosa tortilla de Agnelo, de 10, y el vino de la bota de 12.   Que buen fichaje este Agnelo, me encanta.



 Aprovechando que algunos compañeros aún están comiendo su bocadillo, me lanzo a la búsqueda de alguna seta, y para mí satisfacción encuentro algún ejemplar de Boletus Edulis, que contenta.   Carlos encuentra unos nicalos y al final hacemos un intercambio, él me da los nicalos y yo le doy uno de mis Boletus Edulis.  Los dos contentos.   Este chico siempre tan amable y encantador.
   La niebla nos va alcanzando  y seguimos el camino de vuelta.  Feli nos invita a tomar un café a su casa de Sotillo.  La casa de revista de decoracion, preciosa,  y el jardín muy bonito.  Gracias Feli y Santos, unos anfitriones perfectos.  Gracias majos, estuvimos muy a gusto en vuestra casa.
La ruta ha terminado antes de lo previsto por la niebla, y llegamos a Soria mucho antes de lo previsto, pero nos despedimos con la ilusión de reencontrarnos en nuestra nueva ruta.

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Por Luis

AL URBIÓN POR LA LAGUNA NEGRA

Viernes 16 de Octubre de 2015
Carmen había recibido una llamada desde la Casa Museo de la laguna Negra invitándonos a realizar una ruta por las lagunas del Urbión a la que nos apuntamos Carmen, Maribel, Julia, Rosi y yo mismo.
Lamentablemente, Rosi finalmente no pudo realizarla debido a un dolor de espalda imprevisto. Lástima porque nuestra Rosi siempre nos alegra con su particular gracejo y su sensibilidad ante el paisaje.
Llegamos, pues, hasta el aparcamiento previo a la senda que conduce hasta la Laguna Negra,  admirando desde el coche los colores otoñales del hayedo que circunda la carretera, donde nos esperaba una jovencísima guía, Claudia, que a lo largo de la ruta nos correspondió con su simpatía e inagotable paciencia.
Allí nos llevamos la sorpresa de que la ruta no se limitaba a visitar las lagunas NEGRA, LARDA y HELADA, sino que el objetivo era ascender hasta el pico Urbión.
Juia se planteó el no subir por miedo a no aguantar, pero entre los ánimos de los demás y su espíritu de superación se lanzó a la aventura.

 Ascendimos la comentada senda que nos conduciría hasta el paraje incomparable, orgullo de todos los sorianos, de la Laguna Negra, a 1753 metros de altitud . Laguna de  origen glacial que junto a los Circos Glaciares del Urbión fue declarado parque natural en 2010, con una profundidad de entre 8 y 10 metros, según temporadas.
Entre hayas, pinos albar, robles, abedules, álamos y serbales; retamas y brezos conforman postales preciosas por su forma y colorido.
 En este paraje es donde Antonio Machado ubicó la leyenda de Los hijos de Alvargonzález. Así describe Machado la laguna

Llegaron los asesinos
hasta la Laguna Negra,
agua transparente y muda
que enorme muro de piedra,
donde los buitres anidan
y el eco duerme, rodea;
agua clara donde beben
las águilas de la sierra,
donde el jabalí del monte
y el ciervo y el corzo abrevan;
agua pura y silenciosa
que copia cosas eternas;
agua impasible que guarda
en su seno las estrellas.
Tras unos minutos para admirar el inigualable paisaje, iniciamos nuestro ascenso por "el Portillo" camino señalado para ascender, no sin cierto esfuerzo especialmente para Julia, al circo de la laguna.
Habían anunciado bajas temperaturas y, por ello, íbamos bien preparados para el frío.
Pero quiso el astro Sol ser nuestro cómplice en nuestra macha y nos hizo un día idílico para caminar.






Lo hicimos por el collado de Majada Rubia y los llanos de la sierra llegando hasta el poste indicador que nos dirigía hacia la laguna Larga o la Helada.
Optó Claudia, nuestra guía por visitar primero la laguna Larga y dejar para después de ascender a Urbión la Helada.
El paisaje que se presentaba a nuestra vista era impresionante cuando llegamos a coronar la parte alta de los llanos y ver a nuestra divisando a nuestra derecha el risco Zurraquín con 2105 metros de altitud y una pequeña laguna a nuestros pies.
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 Tuvimos un pequeño debate sobre la localización de el punto de las 3 Cruces que habíamos visitado el día que fuimos con el pueblo de Vinuesa y Peñas Albas. Entre Claudia, Carmen y yo llegamos a un acuerdo para señalar dichos puntos en la lejanía.
Avanzamos hacia nuestro primer destino, entre asombro y asombro por las espectaculares vistas a nuestro alcance.
Por fin la Laguna Helada a nuestros pies

Y camino hacia el Urbión.

Alcanzamos la muela del Urbión, donde para los que suben por primera vez parece que ya se ha culminado, pero que exige un último esfuerzo para llegar a la cima. Julia no se podía creer que estuviese realizando aquella hazaña, pero coronó y llegó a la cruz,  punto más alto de la Sierra de Urbión (2.228 m) 

Tras hacernos la foto que atestiguase que lo habíamos conseguido, adornados por la satisfacción individual de Julia y la del resto de nosotros por haber vuelto al punto más alto de nuestros montes en tan poco espacio de tiempo, descendimos  hasta la base del risco para tomar nuestro bocadillo y reponer las fuerzas gastadas en el esfuerzo al abrigo de la roca frente al altar construido.


 Volvimos tras nuestros pasos, en una primera parte hasta llegar cerca de la la Laguna Larga para girar a nuestra derecha buscando el camino que   nos llevaría hasta la laguna Helada.




Maravilloso paisaje de nuevo el que se presentaba a nuestra vista.
La laguna es casi tan extensa como la Laguna negra, solo que situada en un llano, sin el circo que afama a su hermana la Negra, pero digna de traérnosla en nuestro móvil.
Carmen comentaba lo bien que con una hamaca y una cervecita era un sitio ideal para pasar un día disfrutando de la maravilla que teníamos delante.


Desde ahí, realizamos la última etapa de la ruta para regresar a la Laguna Negra, nuestro punto de partida.
Día precioso en todos los sentidos.


Por Luis

VINUESA - SALDUERO


7 de Octubre de 2015
Me uní al grupo en mi pueblo (Vinuesa) .
Vinuesa, de la que todos los sorianos conocemos la ubicación que hace Antonio Machado de la leyenda La Tierra de Alvargonzález.

Tomando un cafecito conocí a Luis y a Leli, un poco mas tarde llegaron Ana, Julia y Maribel con la Tía Tula. Me alegró mucho verlas de nuevo y compartir camino con ellas y no me  olvido de mis dos Rosas compañeras y amigas con las que compartiría cualquier camino.
 

Comenzamos andando  por mi querido pueblo hasta llegar al Río Duero dónde pudimos ver un semisumergido y ya casi destruido puente Romano, el río estaba lleno de carpas muertas.
 

El paraje al lado del puente es San Mateo porque hay una sencilla  ermita dedicada a este Santo. Rodeados de pinos centenarios llegamos a la fuente de los huevos podridos (llamada así por los Visontinos) o del Salobral, manantial de aguas sulfurosas cuyo marco ha sido restaurado hace poco, nos refrescamos y algunos bebimos agua.

 
A partir de aquí fue cuando se podía apreciar el camino romano, paralelo al Duero.                                 
 
 
Avanzamos por la senda paralela al margen derecho del joven Duero, a la sombra de los pinos propios de la zona.
 
 
 
Llegamos a Molinos de Duero por debajo del puente y entramos directamente en este pequeño y maravilloso pueblo Pinariego, con casas restauradas de piedra, balcones con forja y calles empedradas, pero muy solitario.

 
 
 
 
 
El camino a Salduero estaba jalonado de cruces pétreas, que marcan las estaciones de un vía crucis hasta la ermita del Santo Cristo, que comparten Molinos y Salduero.

Salduero, otro pueblo Pinariego con las mismas características arquitectónicas y con la misma soledad , con el Duero a su vera.
Machado hace referencia a Salduero en la Leyenda La Tierra de Alvargonzález en los siguientes términos.
 
Desde Salduero el camino
va al hilo de la ribera;
y a ambas márgenes de río
el pinar crece y se eleva,
y las rocas se aborrascan,
al par que el valle se estrecha.

Los fuertes pinos de bosque
con sus copas gigantescas
y sus desnudas raíces
amarradas a las piedras;
los de troncos plateados
cuyas frondas azulean
pinos jóvenes; los viejos
cubiertos blanca lepra,
musgos y líquenes canos
que el grueso tronco rodean,
calman el valle y se pierden
rebasando ambas laderas.
  


 También, pasamos por las pasarelas de piedra y llegar a la iglesia parroquial  de San Juan Bautista, que provocó el comentario de que para próximas salidas tendríamos que buscar la forma de que alguien del lugar nos pudiese abrir y explicar los lugares con historia
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Y repostamos en el JJ.
 
La vuelta fue por el mismo camino pero aún nos fijamos en algún detalle que se nos había escapado en la ida como la Fuente del Hierro.


 
De vuelta en Vinuesa  a Rosi le gustó mucho la casa del Indiano, en concreto esta casa es de una familia que emigró a Mexico.

Un día estupendo con buena gente conocida y por conocer, haciendo ejercicio, conversando y disfrutando de la naturaleza y del final del verano. 
 
Por Emi