sábado, 7 de julio de 2018

23- Junio -2018.Baquedano-Nacedero Urederra.


 
 
 
 
 
Hoy finaliza nuestra temporada senderista y creo que solo tenemos un aspecto negativo en ella, la lluviosa primavera reciente que ha provocado que unas rutas se aplacen o suspendan y que otras hayan resultado fallidas sin poderlas concluir de forma satisfactoria, amén de alguna chupa de agua.

En este día de Verano recién estrenado,26 senderistas viajamos hasta la Comunidad Foral de Navarra en su vertiente  sur limítrofe con La Rioja.
 

Entre nuestros asistentes hoy se encuentran cuatro personas que no pertenecen a nuestro grupo por lo que es importante nombrarlos.:Javier y Jaime que ya nos han acompañado en otras salidas y el matrimonio compuesto por Ricardo y Mª Jesús como principiantes pasopaseros.!Bienvenidos!

Pertrechados para un día senderista con altas temperaturas llegamos muy de mañana a la localidad de Baquedano o Bakedano que es un concejo perteneciente  al municipio de Amescoa  Baja y situado en la merindad de Estella en el valle de las Amescoas y rodeado por la Sierra de Urbasa(topónimo vascuence que se traduce como agua del bosque)

Urbasa es un macizo Kárstico dóne el agua se filtra y va recorriendo y oradando sus entrañas pero de vez en cuando sale al exterior que es lo que ocurre en el Nacedero del Río Urederra al que hoy nos dirigimos con muchas ganas de conocerlo, aunque algunos compañeros ya lo han visto. Su nombre quiere decir” agua bella o agua hermosa”. Después de recoger  las entradas y de ponernos una etiqueta identificativa como visitantes del parque, tomamos un café en el único bar de la localidad y desbordamos al pobre dueño que nos pedía paciencia. Aquí nuestros conductores se enteran de que está prohibido pasar por una parte del recorrido que se pretendía hacer por el riesgo de desprendimientos tras las fuertes lluvias, por lo que subiremos al nacimiento y bajaremos por el mismo sitio.

Nos adentramos  en el Parque Natural de Urbasa –Andía, espacio protegido desde1997 y reserva natural desde 1987 por la riqueza de sus valores medioambientales de los que no nos queda ninguna duda después de nuestro recorrido por él.


El sendero hacia nuestro objetivo está perfectamente marcado desde el pueblo y comenzamos nuestra marcha por un camino de grava y rodeados por una frondosa vegetación propia de la zona  pero esta fronda está salpicada de  múltiples puntos  de colores que las flores silvestres aportan:  blancos de saúcos, rosas de pequeñas orquídeas salvajes y rosales silvestres, rojos de amapolas….hacemos altos en el camino para observarlas mas de cerca. Mas allá de nuestro camino a mano izquierda, esplendorosos prados con su verde intenso veraniego.

Llegamos a una caseta de madera que parece un lugar para información al visitante  pero que hoy está cerrada y vemos dos caminos, el de izquierda paralelo al río y el de vuelta que queda mas arriba. Continuamos a la vera del río, su sonido nos llama la atención y al asomarnos desde lo alto del camino ya podemos asombrarnos con su peculiar color azul-verdoso. Los trinos de los pájaros nos acompañan  continuamente como polifonía ambiental.

Al llegar a la primera poza con su cascada, el asombro es general en el grupo.

La transparencia del agua sobre un fondo de piedras acolchadas con un manto blanco y el azul turquesa de la superficie del acuífero nos parece realmente sorprendente y extraño. El marco en el que se encuadra el estanque es un verde también pero éste intenso y vivo, fruto de la intensa vegetación arbustiva y el musgo.

 Encantados seguimos nuestro camino sin dejar de asomarnos a los diferentes miradores que éste nos ofrece para no dejar de contemplar este mágico río y sus maravillosos rincones, porque en cada mirador hay un lugar increíble digno de contemplar y  disfrutar   : gran variedad de árboles, pequeñas cuevas entre rocas porosas o enormes troncos envueltos en vegetación.

 En la primera poza en la que nos podemos acercar al agua turquesa decidimos almorzar a pesar de no tener hambre todavía, solo queremos gozar un buen rato a la orilla del río. Los peces que nadan en él se distinguen perfectamente, tal es la transparencia del agua.
 

Entre risas, bocadillos, fruta y dulces se nos pasa el tiempo rápidamente, es un lugar que atrapa al caminante por su particular belleza y nos cuesta ponernos en pié para seguir caminando cuando Angel nos toca el silbato.

 El arbolado desde el inicio de nuestro camino es también muy cuantioso y con gran variedad de especies desde robles y quejigos hasta árboles característicos de las orillas de los ríos pero poco a poco el haya es la que se adueña del lugar sumergiendo el camino en la penumbra. En este tramo observamos y nos abrazamos a  impresionantes ejemplares de hayas con troncos muy gruesos y con una altura considerable como observa Julián .Si miramos hacia sus gigantescas y recién brotadas copas vemos el sol reflejado en sus hojas dando lugar a diferentes zonas de luz y sombra y a distintas tonalidades de verde, aquí el sol es un infiltrado y aunque pensábamos que íbamos a pasar una jornada calurosa, el frescor de la humedad llega a nuestros cuerpos mediante una ligera brisa que nos hace sentir escalofríos y acordarnos de la ropa que hemos dejado en el autobús

Pasamos por el puente de la pared del capellán por la que bajan unos hilillos de agua  sobre una pared enorme y  amusgada pero nos podemos imaginar un gran torrente descendiendo la roca  porque la excavación que hay en ella es muy profunda.

 A partir de aquí llega la parte mas dura de la senda, tenemos que ascender hasta el nacimiento. Nos encontramos numerosos arroyos con piedras unos, otros con puentes, grandes escalones naturales formados por las propias raíces de las hayas y las piedras y rocas, otras plataformas construidas  de forma rudimentaria para facilitar la subida de nivel. Obviamente el ascenso hace que sudemos un poco y que nos guste la brisa fresca que envuelve este lugar. Un poco de esfuerzo nos viene muy bien en este momento y cuando culminamos nos encontramos frente a una gran  pared calcárea  de la que emerge una cola de agua saltando desde gran altura.

 

La contemplamos desde diferentes niveles y pasando  el impedimento que supone un alambrado abierto ya anteriormente, se llega a bastante altura y desde aquí se puede contemplar el arco iris que forman los rayos de sol que logran colarse entre el tupido bosque al chocar con  el agua. El entorno es grandioso aquí se abre la garganta que va formando el río Urederra  en el macizo hasta llegar al  Ega y éste al Ebro.

Un gran número de personas nos encontramos en el camino de vuelta a las que tenemos que ceder el paso en las pasarelas estrechas para no hacerles esperar mucho rato hasta que pasamos todos nosotros.

Al llegar a la confluencia de caminos tomamos el de la izquierda que es el que corresponde y dejamos el río fuera de nuestra vista. Los visitantes en este momento ya son muchos, ha sido estupendo haber podido disfrutar del recorrido fluvial y de los paisajes prácticamente solos.

De vuelta en el pueblo y tras pasar por el autobús para dejar mochilas y cambiar el calzado (algunas incluso se refrescan los pies en uno de los lavaderos del pueblo) tomamos una caña y comemos en el Restaurante Urederrra: ensaladas, potajes, carnes, pescados, peras al vino,postres típicos de la zona…..un menú muy apetitoso mas aún después de una ruta senderista.

Hasta la seis no partimos hacia Soria así que unos deciden echar una partidilla a las cartas y otras decidimos dar un paseo por el pueblo pensando en que no habrá mucho que ver, pero nos equivocábamos, porque  descubrimos un precioso pueblo de montaña con magníficas casas de piedra adornadas con flores en balcones y ventanas y escudos en muchas de sus fachadas


Recorrimos sus estrechas callejuelas y nos topamos con  un jardín muy cuidado en el que llamaban la atención palmeras y todo tipo de flores, su dueña muy amable nos lo mostró.

Un frontón grande y con techado de madera, dos lavaderos reconstruidos y funcionando.


En la puertas de muchas casas vimos unos “cardos secos con forma de sol” una lugareña nos explicó que son los “ eguzkilore” que significa flor del sol, símbolo ligado a la mitología vasca, también son llamados espanta brujas.

Una casa-palacio con restos de su torreón  y con un porche  con techo artesonado y abovedado entre machón y machón con unos magníficos nardos en la puerta que Feli ayudó a identificar a su dueña.

Terminamos el recorrido en la Iglesia de San Juan Bautista de los siglos XVI-XVII en cuyo pórtico charlamos y se  intercambiaron suculentas recetas, gozar de caminos otoñales todos juntos de nuevo.

Desde las ventanillas del autobús  vemos que los prados ya han sido segados y decimos adiós a este fantástico pueblo de la montaña Navarra.

Satisfechos por haber visitado uno de los lugares mas espectaculares de nuestra geografía, volvemos a nuestras casas pensando en lo afortunados que somos por tener en el grupo a unas personas tan desinteresadas y capaces de organizar excursiones tan bonitas.

Nuestra próxima cita no es andarina si no que es para celebrar nuestro aniversario como grupo senderista y tras el descanso estival volveremos a la carga para caminar juntos de nuevo, por los paisajes y senderos otoñales de nuestra provincia.

 
Feliz verano compañer@s

Emi.