SUELLACABRAS
Hoy, 2 de abril de 2016, hemos salido de nuestro punto habitual con -4º de temperatura ambiente, pero con un cielo abierto, sin nubes, lo que se presagiaba, como así ha sido, una bonita mañana para caminar por la sierra de El Almuerzo. Lo hemos hecho Ana Bernal, Ana de La Hoz, Feli, Gema, Julia y Maribel por parte de nuestras féminas y Agnelo, Ángel (nuestro inestimable guía), Agnelo, Luis, Iván, Julián y Santos.
A 31 Km de Soria, ya en Suellacabras, hemos dejado nuestros coches junto al parque que hay delante su iglesia parroquial de El Salvador.
Nuestro primer destino el castro celtíbero de Los Castillares a 2,9 km del pueblo al que accedimos por tierras de labrantío.
Su forma triangular de una extensión de 19.5000 metros cuadrados está defendido por una muralla.
Las excavaciones se realizaron por Blas Taracena. Por debajo de la muralla cruzaban dos desagües de saneamiento. Asociadas a estas viviendas se recogieron cerámicas rojas de tipo celtibérico y monedas republicanas romanas, que indican un momento para este asentamiento de los siglos III-I a.C.
Nos dirigimos a hacia el nacimiento del río Alhama, cuyo nombre proviene del árabe "All-Hamma", que se traduciría como "baño termal" en alusión a las aguas termales que se adhieren al río en algunos de sus espacios y especialmente a los "baños de Fitero".
Caminábamos entre encinas, robles, chopos y arbustos de monte bajo camino de encontrar la encina centenaria en sendas estrechas esperando encontrar la encina centenaria que, según informaciones se la conoce como "chaparra del Obispo"
Encontramos en nuestro caminar abundantes puestos de observación para cazadores en el que alguno de nosotros nos atrevimos a subir y desde el que se veía un extensísimo paisaje de la sierra, siempre vigilado por los enormes aerogeneradores de energía eléctrica cuyo zumbido se escuchaba perfectamente cuando nos encontrábamos a sus pies.
Los tres temerarios que se atrevieron a subir a dichos miradores y que de no ser por su sentido solidario con el resto del grupo, se hubiesen comido la rica tortilla, como alguno propuso, que Agnelo siempre incorpora a su mochila.
En nuestro caminar fuimos encontrando majadas, carboneras y albercas y molinos abandonados, testimonio de la actividad de otros tiempos.
Procedentes de estas tierras eran los "cagarraches", emigrantes en Andalucía que se dedicaban a trabajar en los molinos de aceite como maestros y que tenían fama de ahorradores y hacer fortuna a fuerza de hacer heroica administración de sus bienes.
Es de obligado cumplimiento reponer fuerzas y así lo hicimos compartiendo lo que llevábamos que nos supo a maná llovido del cielo.
Pasamos en nuestro recorrido por las ruinas de otrora ermita de la Virgen del Monasterio.
Cruzamos el río, ya camino de regreso a Suellacabras, donde alguno de los nuestros tuvieron alguna dificultas para pasar a la otra orilla y que fue motivo de cierto momento de amistosa ironía.
Atravesamos la sierra, no sin cierta dificultad, por terreno poblado por arbustos de monte bajo entre las abundaban los de espinas que nos exigía esfuerzo y atención para evitar enredados en las mismas.
Y llegamos a la cima de la sierra, al pie de los aerogeneradores.
En la lejanía se dejaba ver las sierras de Cebollera y Urbión con un bonito manto de nieve en su cima, llegando a la Peña del Calvo donde se encuentra el Chozo Redondo.
Cerquita ya del pueblo llegamos a un pequeño puente sobre el Arroyo Malo y a su lado el molino
Nos quedaba todavía pasar por la ermita de San Caprasio para llegar a Suellacabras.
Diversas circunstancias nos alargó el recorrido y retrasó sobre el horario previstos, siendo, no obstante, una bonita jornada en una ruta muy agradable que nos ha servido para aprender sobre nosotros mismos como grupo.
Luis
A 31 Km de Soria, ya en Suellacabras, hemos dejado nuestros coches junto al parque que hay delante su iglesia parroquial de El Salvador.
Nuestro primer destino el castro celtíbero de Los Castillares a 2,9 km del pueblo al que accedimos por tierras de labrantío.
Su forma triangular de una extensión de 19.5000 metros cuadrados está defendido por una muralla.
Las excavaciones se realizaron por Blas Taracena. Por debajo de la muralla cruzaban dos desagües de saneamiento. Asociadas a estas viviendas se recogieron cerámicas rojas de tipo celtibérico y monedas republicanas romanas, que indican un momento para este asentamiento de los siglos III-I a.C.
Nos dirigimos a hacia el nacimiento del río Alhama, cuyo nombre proviene del árabe "All-Hamma", que se traduciría como "baño termal" en alusión a las aguas termales que se adhieren al río en algunos de sus espacios y especialmente a los "baños de Fitero".
Encontramos en nuestro caminar abundantes puestos de observación para cazadores en el que alguno de nosotros nos atrevimos a subir y desde el que se veía un extensísimo paisaje de la sierra, siempre vigilado por los enormes aerogeneradores de energía eléctrica cuyo zumbido se escuchaba perfectamente cuando nos encontrábamos a sus pies.
Los tres temerarios que se atrevieron a subir a dichos miradores y que de no ser por su sentido solidario con el resto del grupo, se hubiesen comido la rica tortilla, como alguno propuso, que Agnelo siempre incorpora a su mochila.
En nuestro caminar fuimos encontrando majadas, carboneras y albercas y molinos abandonados, testimonio de la actividad de otros tiempos.
Procedentes de estas tierras eran los "cagarraches", emigrantes en Andalucía que se dedicaban a trabajar en los molinos de aceite como maestros y que tenían fama de ahorradores y hacer fortuna a fuerza de hacer heroica administración de sus bienes.
Es de obligado cumplimiento reponer fuerzas y así lo hicimos compartiendo lo que llevábamos que nos supo a maná llovido del cielo.
Pasamos en nuestro recorrido por las ruinas de otrora ermita de la Virgen del Monasterio.
Atravesamos la sierra, no sin cierta dificultad, por terreno poblado por arbustos de monte bajo entre las abundaban los de espinas que nos exigía esfuerzo y atención para evitar enredados en las mismas.
Y llegamos a la cima de la sierra, al pie de los aerogeneradores.
En la lejanía se dejaba ver las sierras de Cebollera y Urbión con un bonito manto de nieve en su cima, llegando a la Peña del Calvo donde se encuentra el Chozo Redondo.
Cerquita ya del pueblo llegamos a un pequeño puente sobre el Arroyo Malo y a su lado el molino
Nos quedaba todavía pasar por la ermita de San Caprasio para llegar a Suellacabras.
Diversas circunstancias nos alargó el recorrido y retrasó sobre el horario previstos, siendo, no obstante, una bonita jornada en una ruta muy agradable que nos ha servido para aprender sobre nosotros mismos como grupo.
Luis
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