En la estepa del alto Duero primavera tarda ¡pero es tan bella y dulce cuando llega!
Son palabras de Don Antonio, profesor de francés y poeta, pero también caminante, conocedor de los caminos y campos de Soria, de los cambios que traía cada estación.
He comenzado con Machado porque la ruta de este 21 de mayo inevitablemente me recordaba algunos de los muchos versos que ha dedicado a la primavera soriana.
Hoy, apenas nos alejamos de la ciudad y quedamos en la Fuente de la Teja, llegamos allí en tres coches, de Gema, Ana H. y Emi, el grupito estaba compuesto sólo por mujeres: Ana H. Rosi, Emi, Maribel, Gema, Ana M. y otra fémina, Tía Tula. Nos reciben las cigüeñas, haciendo guardia desde sus altas atalayas y otras seguirán guardando el camino durante un trecho.
Según avanzamos vamos descubriendo la infinidad de plantas que oculta esta tierra, es sorprendente, al menos para mí, urbanita por definición. Pasamos junto a un sembrado, creo recordar que de esparceta, con sus largos tallos y flores violetas, algunas amapolas… en nuestro camino, matorrales y zarzas, algunos apenas florecidos y otros repletos de flores.

Decidimos subir a un cerro no muy grande pero de formas fantásticas, tuve algún contratiempo en el ascenso, pero gracias a los cuidados de mis compis pasó pronto y la verdad que mereció la pena. En la cima aire puro, roca y viejas encinas; alrededor, la inmensidad del paisaje que nos rodeaba; sobre nosotras bandadas de buitres planeando… ¡Woo! ¡Qué pasada!.

En el camino de regreso se agradecía la ligera brisa aliviando del calor del mediodía y la continua fragancia a hierbas aromáticas que no cesó en todo el recorrido, ah y Tía Tula la oportunidad de perseguir algún ciervo.
Al llegar a la Fuente de la Teja unos sorbos de su agua limpia de manantial y el cansancio se desvanece, terminamos tomando la consabida cañita, mosto etc., en el bar del camping.

Ha sido una jornada genial, pero no sé traer la primavera al papel, es el aquí y el ahora, hay que apreciarla con todos sentidos despiertos, disfrutarla como sabe hacerlo Tía Tula.
Carpe diem.
Ana María A.
Me dijo una tarde
de la primavera:
Si buscas caminos
en flor en la tierra,
mata tus palabras
y oye tu alma vieja.
Si buscas caminos
en flor en la tierra,
mata tus palabras
y oye tu alma vieja.
Antonio Machado
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