Iniciaré hoy la narración de nuestra ruta con el siguiente poema que me ha recordado nuestra compañera Maribel
Altivo Pico de Frentes;macizo barco roquero,embarrancado en el marverde de Valonsadero.
Si yo fuera capitánen tu castillo de mando,pronto levara tus anclaspara seguir navegando.
Navegando rumbo al cielopor el mar de las espigassobre los trigos doradosde los mares de Castilla.
Hermoso Pico de Frentes,varado en un verde mar;deja que suba a tu puentepara hacerte navegar.
Es un poema del poeta soriano Virgilio Soria Montenegro dedicado al pico objeto de nuestra ruta en este sábado grisáceo del mes de abril.
Llevaba mucho tiempo pidiendo nuestra compañera Paloma una salida a este pico que, como dice el poema, domina nuestro popular Valonsadero, y hoy ha visto realizada su ilusión acompañada de otros doce componentes de nuestro club: Ana Mª, Ana Bernal, Gema, Leli, Lucía, Maribel, Reme, Rosi, Ángel, Carlos y yo mismo.
Tras reunirnos en nuestro lugar de costumbre, en la cafetería El lago, hemos partido hacia Fuentetoba, municipio donde se enclava nuestra meta, a 8 km de Soria entre las carreteras nacionales 122 y 234.
Al pie de la Monjía, que no hemos visitado, antiguo convento de Valvanera, se encuentra un puentecillo que permite superar el cauce del río Golmayo cuyo nacimiento está sobre la cascada de unos 20 m. de altitud al poco de su nacimiento que ha sido el punto de nuestra partida.
Hemos enlazado por detrás de la urbanización con la senda que nos llevaría a la pequeña meseta. Como a kilómetro y medio nos hemos encontrado con un manantial que voy a adjudicar como nacimiento del arroyo del Barranco por no tener conocimiento de a qué pertenece. Cerca de este lugar y como consecuencia de estar embarrado el camino, Rosi ha dado con sus nalgas en el suelo. ¡Lástima de foto!
Entre robles, hemos seguido nuestro ascenso hacia esa meseta que marca el cambio de sentido de Oeste hacia el Norte para luego girar a nuestra derecha hacia el Este para encarar el último tramo hacia el vértice geodésico.
Llegados a la cortante que hace la sierra en su lado Norte, nos hemos entretenido en admirar el magnífico paisaje que dejaba a nuestros pies, y que nos alumbraba una magnífica panorámica de lo que es el Valle del Duero desde Soria, ciudad hasta el embalse de La Cuerda del Pozo, popularmente conocido como La Muedra en referencia al pueblo que quedó bajo sus aguas, hasta el otro extremo a nuestra derecha.
Nos quedaba todavía un pequeño trecho de roca viva, pero quebrada debido al rigor de las temperaturas que se deben registrar en su cima, que recorrer hasta la columna que marca el punto geodésico construido en junio de 1986, con una altura de 1382,319 m.
Una vez registrada nuestra presencia en el lugar a través de las fotos correspondientes, repusimos fuerzas a espaldas de la columna con bastante viento y con unos cuantos buitres como espectadores de nuestra actividad culinaria.
El regreso, coser y cantar, lo hemos hecho con un fuerte y frío viento acompañado en algún trecho de algunas gotas de lluvia que nos han hecho sospechar que nos íbamos a mojar. Pero una vez más, el tiempo nos ha respetado y hemos llegado hasta nuestros coches sin más inconvenientes.
Antes de iniciar nuestro corto viaje de vuelta, nos hemos entretenido en visitar y admirar el precioso paraje de la cascada de La Toba para, finalmente, terminar nuestra salida en la cafetería El Lago, con nuestra cervecita de costumbre y los platos que graciosamente nos añaden sus dueños.
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