Después de un par de fines de
semana de no caminar por nuestra provincia, uno porque las inclemencias del
tiempo nos lo impidieron, y el anterior porque nos vestimos de largo, y dimos el salto allende de nuestra provincia, con la visita a Selva de Irati, allá en la Comunidad Autónoma
de Navarra, así que para esta semana teníamos preparada la marcha por el Acebal
de Garagüeta, esperábamos tener más suerte que el año anterior ya que no fue
muy propicio para que brotaran esas bolitas rojas propias de este árbol, así
que con las ganas que caracterizan a este grupo hacía allá nos encaminamos.
El lugar de salida el
acostumbrado, eran las 8,30 de la mañana y la helada de la noche estaba
presente en esos vehículos que duermen en la posada de la estrella, con buena
capa de hielo y frío, que con el caminar se fue disipando quedando una mañana
limpia y clara, vamos que lo que nos faltó hace quince días se nos ha
compensado hoy con creces.
Éramos dieciséis caminantes, repartidos
en cuatro vehículos, Gema, Feli, Julia, Miguel (hijo de Julia), Ana de la Hoz,
Reme, con su hija María y Andrés, Emi, Enedina, Amancia, Esther y Piedad,
(amigas de Enedina) Alberto, Julián y Ángel, que a falta de Agnelo me toca
hacer de cronista, claro que el camino de la pluma en este caso resulta más
llevadero, por la información facilitada
por el cronista oficial del grupo.
Comienza nuestro recorrido en
Torrearévalo, allí dejamos nuestras monturas aparcadas y con paso firme y
decidido nos ponemos a recorrer los 3 kms., aproximadamente que hay hasta la
entrada del acebal, la alegría se refleja en cada uno de nosotros al divisar el
acebal, los árboles están repletos de las bolitas rojas, dando un colorido
vistoso al entorno, y muy agradable al visitante, que al fin y al cabo es lo
que ha venido a buscar a este lugar.
- El acebal de Garagüeta es el mayor bosque de acebos de
la península ibérica y Europa meridional, situado al N.de la provincia de
Soria, en pleno sistema Ibérico del Norte, entre los puertos de Piqueras y
Oncala.
El acebal por su valor ganadero,
se lo disputaron los pueblos de la zona, perteneciendo actualmente a Arévalo de
la Sierra y conociéndose como “Acebal de Garagüeta”. Éste es su verdadero y
evocador nombre, y si perdura el de “Gallinero” es porque también se puede
acceder por abajo desde este pueblo.
Es una formación boscosa,
extremadamente umbría, caracterizada por un dominio casi absoluto del acebo y
una acusada pobreza florística motivada por la escasez de luz bajo sus copas y
los efectos del pastoreo. Tiene una extensión de 406 hectáreas de bosque, de
las que 180 son de masa pura continua de bosque. Pertenece a los términos
municipales de Arévalo de la Sierra y Torrearévalo.
ORIGEN: Su origen, de la época
jurásica donde se asienta el bosque, hay que buscarlo, por un lado, en la
degradación de los bosques de roble y haya, por llegar estos al límite de
humedad para su crecimiento; por otra parte, al régimen de pastoreo, más o
menos intensivo, que favorece la expansión de especies espinosas como el
acebo y dificulta el restablecimiento de
otras especies arbóreas. Y por último, a la excesiva sombra generada por este
arbusto, como se ha señalado, que impide el crecimiento de otras plantas a su
alrededor
FLORA. El otoño surge salpicado
de colores rojos, ocres, amarillos y naranjas entre el verde brillante del
acebo (illex aquifolium), que delatan la presencia de otras especies arbóreas y
arbustos, entre los que destacan los saucos, arces campestres, mostajos,
maguillos, majuelos, aligustres, endrinos o rosales y enredaderas, como
madreselvas y hiedras.
FAUNA: El acebal constituye un excelente refugio, tanto en verano como en invierno, para la diversidad faunística que acoge. Entre los anfibios, hay diferentes tipos de sapos, rana común, ranita de San Antonio y el tritón jaspeado. De los reptiles destacan los lagartos ocelado y verde, diferentes tipos de lagartijas y culebras. Entre los mamíferos podemos encontrar zorros, ciervos, corzos, jabalíes, conejos, liebres, musarañas, ratón de campo, erizos, tejones....Las aves son la mayor riqueza faunística de Garagúeta: allí encontramos
en los pastizales, perdiz
pardilla, alondra común y en las zonas de matorral y arbolado se esconden el
cárabo, pico gordo, perdiz roja, mirlo, paloma torcaz y zorzal. Y entre las
rapaces, es frecuente la presencia del buitre leonado.
PAISAJE. Resulta un espectáculo
natural un paseo bajo los acebos (sestil),
ya que entre las masas densas que constituyen estos reverdecidos arbustos, se
abren sendas que dan paso a auténticas cuevas naturales, como bosques
subterráneos encantados, donde se refugian animales domésticos y salvajes.
También forman parte de este
paisaje los chancales, auténticos e impresionantes ríos de piedras areniscas de
origen glacial.
En mitad del recorrido por el
acebal nos encontramos con un grupo de personas, comienza la época de poda nos
comentan, de hecho han empezado esta misma mañana, y nos obsequian con unas
ramitas de acebo a los componentes del grupo.
Por el sendero nos encontramos
con sus fuentes (a veces con abrevadero). Hacemos un alto para visitar y
guardar en nuestras retinas y máquinas fotográficas, el chozo del pastor que se
encuentra en una pradera por debajo del camino. Es circular, con cúpula de
piedras encajadas, y recubierta por fuera con tierra en la que crece hierba.
Rústico, sencillo, ¡emocionante! Ejemplo de algo hecho con técnica y amor. Arte
y Naturaleza en el acebal.
El acebal tiene varias figuras de
protección. Es Reserva Natural, (Ley 11/2008 de 9 de diciembre), LIC,
(Lugar de Interés Comunitario) y ZEPA (Zona Especial de Protección de Aves).
Sería retórico insistir en sus valores paisajísticos, faunísticos y
medioambientales, que están a simple vista, y se pueden consultar en libros o
en la red.
Aunque este respeto es a medias,
ya que hasta en su Cresta superior norte pusieron molinos de viento
(autorizados por esos mismos que lo anterior catalogaron)
Cada vez hay más personas que
veneran la Naturaleza, y se maravillan al entrar en el bosque. En la antigua
religión de los druidas, el acebo, por sus colores intenso, y ser siempre
verde, era planta mágica, sus cuevas
vegetales (sestil) no solo eran refugios, sino también templos.
Quien estuvo dentro, ¿no sintió
profunda emoción?
¡Por supuesto! Porque sublime es que esta planta de hoja dura con pinchos y de un verde brillante eche bolitas de un
rojo intenso. Y que sus ramitas
sean símbolo de la Navidad. En esas fechas del invierno el acebal “explosiona”
y se hace presente en decenas de miles de comercios y hogares de toda España.
Así transcurre esta nueva y
bonita ruta senderista del grupo, y con una visita a la casa del parque del
Acebal de Garagüeta en Arévalo de Sierra, que algunos de los asistentes no
conocía, y una cervecita en su cafetería dimos por finalizada ésta.
Puede que, la próxima Navidad,
¡Garagüeta entre en su casa!
Soria 19 de noviembre de 2016
Angel