Sábado 20 de Enero del recién estrenado 2018.
Veinte andarines y Zar nos
reunimos en el Fielato/Centro de
recepción de visitantes, junto al puente medieval de piedra, para comenzar
nuestra ruta semanal .
Bien abrigados partimos desde este lugar con ganas de pasear
aprovechando la tregua que nos da hoy el invierno y para empezar nos esperan
unos 3 km.a lo largo de la ribera del río, aguas arriba, pasando por “El Peñón “donde
los Sorianos disfrutan en verano de los baños y por la antigua fábrica de
harinas para llegar hasta el paraje
llamado “El Perejinal” dónde antiguamente hubo una presa para el abastecimiento
de agua a la fábrica de harinas
Aquí atravesamos el puente
sobre el ya destruido azud y enseguida llegamos a las
pasarelas de madera que paralelas
al río nos llevan hasta Garray. Varios resbalones nos hacen caer en la cuenta
de que están llenas de escarcha y hay que llevar cuidado. El paisaje a nuestro
alrededor es blanquecino, la escarcha ha extendido su manto por la vegetación ribereña
y el río tiene hielo en alguna zona de
sus orillas.
Una bandada de patos salen nadando rápidamente hacia la orilla
opuesta , asustados seguramente por nuestra presencia y Zar se asusta también porque se baja de la
pasarela y no encuentra por dónde subir
nuevamente.
Sin dejar la compañía y el
rumor del río seguimos avanzando por caminos que hoy están bastante deteriorados, Recordamos que
hace dos años no podíamos caminar por esta zona porque estaba inundada y los
daños que el agua causó entonces en los aledaños del Duero, persisten hoy.
A la entrada de Garray nos hacemos una foto junto al precioso cartel con el que se ha conmemorado
en el 2017 el 2150 Aniversario de la caída de Numancia, tras meses de asedio por las tropas Romanas.
Pasamos por el puente testigo del encuentro entre el Tera y el Duero y nos adentramos en el pueblo hacia la
derecha, caminando un rato por sus calles vacías todavía en esta fría mañana,
pero algún vecino nos observa desde la ventana. Al dejar el pueblo seguimos por
una senda en la base del cerro de “la Muela” dónde se asienta Numancia y
ascendemos por él hasta llegar a la parte posterior de la antigua ciudad
celtíbera de la que podemos ver una de
sus casas reconstruidas
Desde el alto de la loma observamos a nuestro alrededor y pensamos que en los
cerros que vemos existieron siete
campamentos Romanos que componían el cerco a la ciudad y cuyos restos fueron descubiertos por el
profesor Alemán Adolf Shulten.
Una imagen que no se nos escapa nunca en este tiempo hibernal y que
siempre se merece una foto, aunque sea de lejos, es la silueta blanca del
Moncayo que hoy apenas se adivina porque se confunde con el cielo.
Descendemos cuidadosamente el cerro, al que abraza el Duero por
occidente, hacia el río Merdancho que lo abraza por su lado sudeste (abrazo fluvial que ayudó a resistir a Numancia) .
Al final de la cuesta, en la falda del cerro encontramos una zona
rocosa resguardada y cómoda para almorzar.
Se abren nuestras mochilas y comienzan a aparecer los bocadillos,
fruta, frutos secos, chocolate, la
estrella de nuestros refrigerios que es la tortilla de Agnelo con su
inseparable bota de vino y finalmente el café calentito.
El viento arrecia, Reme quiere que reanudemos ya el recorrido y tras
un rato de incertidumbre en cuanto al camino a seguir y una pequeña charla con
un lugareño que paseaba también, se decide seguir hacia la derecha por una
senda que nos lleva a una finca con edificaciones de piedra y
parcelas a su alrededor que es propiedad
de los Marichalar.
Tras cruzar un pequeño puente, seguimos a campo abierto por un camino
de tierra que se vuelve a dividir en dos y se vuelve a dudar sobre cual debemos
tomar.
Seguimos hacia la izquierda porque queremos llegar al Monte de las
Animas y al momento comenzamos a distinguir Soria a lo lejos.
Cruzamos la carretera y nos vemos rodeados de encinas, ya estamos en
el ansiado monte en el que las basuras nunca faltan.
Ramas bien apiladas a los pies de las encinas como muestra de que las
están podando en este momento. Según avanzamos las chaparras van aumentando en
número y tamaño y la simbiosis con los líquenes hace que predomine a veces mas
el color gris que el verde.
En ocasiones podemos escoger entre seguir el camino o atravesar entre el
arbolado.
Estamos finalizando nuestra ruta y se empieza a consultar los
móviles.¿Cuántos kilómetros hemos caminado?. Como nunca hay unanimidad entre
los cuentakilómetros, se calcula que redondeando hemos caminado 17km.
Una foto con la ciudad a
nuestra espalda desde el ápice del monte es tradición en nuestro grupo. No está
de mas emplear un ratito observando la panorámica que tenemos frente a nosotros
y hoy nuestra compañera Ana Mary nos hace fijarnos en una pequeña joya que está
en la ladera opuesta que es la iglesia de San Agustín el viejo, hoy
desacralizada y en ruinas pero que fue un monumento del románico rural y una de
las iglesias mas antiguas de Soria junto con las ruinas de San Ginés y el
Monasterio de San Juan de Duero y finalmente aquí nos dirigimos porque queremos
recrearnos en el maravilloso claustro escondido tras unos muros y en el que se
mezclan estilos románico y mudéjar.
Recorremos su contorno observando sus arcos apoyados
sobre dos, cuatro o ninguna columna, capiteles
con arpías, demonios y frondosas plantas y con sus chaflanes rematados
por arcos califales. Nos hacemos una foto de grupo también aquí, era
imprescindible tener una imagen de Soria paso a paso en este simbólico monumento
Algunos entramos en la pequeña
y sencilla iglesia que tiene dos originales
templetes que custodian el desaparecido altar Mayor.
Para acabar bien la ruta y la mañana nos acercamos al Soto Playa para
tomar un vermouth al sol Soriano de
Enero.
Hoy hemos visitado varios lugares muy representativos de nuestra ciudad
los arcos de San Juan de Duero, Numancia y el Monte de las Animas, pero creo
que estaréis de acuerdo conmigo si el homenaje final de la crónica escrita del
senderismo de hoy se lo dedicamos a
Numancia porque los Numantinos lucharon
por su libertad y esto se ha convertido en un símbolo de la humanidad y mas allá del hecho histórico y de la
leyenda, hoy se habla del “espíritu Numantino” refiriéndose a valores como
libertad, dignidad y honor.
¡Qué la Fuerza Numantina os acompañe!
EMI
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